Por décadas, la corrupción, como un mal cancerígeno ha enfermado a toda la sociedad salvadoreña, teniendo como epicentro de ese mal el aparato político del país, llámese gobierno central, alcaldías, Asamblea Legislativa, Órgano Judicial, Fiscalía General de la República, entre otros, en los que podemos mencionar incluso iglesias y ONG´s que han servido para lavar dinero de los salvadoreños.

Toda esa enfermedad, toda esa corrupción, es la que ha mantenido hundido a El Salvador en el subdesarrollo; mientras los partidos políticos y los gobiernos de turno se repartían el botín, las farmacias de los hospitales públicos estaban desabastecidas, las escuelas en mal estado, las carreteras, unas inconclusas y otras, llena de baches.

En las últimas décadas, ARENA y el FMLN llegaron al poder y lograron controlar todo el sistema político, prometiéndole a las familias salvadoreñas trabajar por el cambio y por el desarrollo; un cambio y un desarrollo que llegó, sí, llegó pero para sus familias, sus cúpulas partidarias y sus financistas, dejando a un lado los intereses de los salvadoreños, a quienes siempre vieron como objeto electoral para llegar al poder.

Esa corrupción enquistada en los poderes políticos de El Salvador, tiene un expresidente de ARENA, Elías Antonio Saca, condenado en el penal de Mariona, tiene a otro, Alfredo Cristiani, huyendo de la justicia del país y viviendo en Italia; además, cabe mencionar a Francisco Flores, quién “murió”, mientras se le seguía un proceso en su contra por CORRUPCIÓN.

Del FMLN, de ellos también hay mucha tela que cortar, también desfalcaron al país, también gobernaron bajo la bandera de la corrupción, es por eso, que sus dos presidentes de la República, Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, se fueron huyendo hacia Nicaragua, pidiendo asilo a Daniel Ortega, para burlar a la justicia salvadoreña.

Afortunadamente, el pasado 1 de junio, al interior de la Asamblea Legislativa, a eso de las ocho de la noche, mientras brindaba su mensaje en torno al cuarto año de gestión, el presidente de la República, Nayib Bukele, dio un anuncio que nos llenó de esperanza a todos los que lo escuchamos, con voz fuerte y con determinación, expresó: “Ya le ganamos la batalla a las pandillas, ahora, vamos con la guerra contra la corrupción”.

Así mismo, agregó que esa misma noche, el fiscal general, Rodolfo Delgado, estaba allanando y expropiando todas las propiedades y empresas de Alfredo Cristiani, para que por fin puedan comenzar a “Devolver lo robado”.

Que bien, que bien por el presidente Bukele, que bien por los salvadoreños, que bien por el país, porque ahora, por fin se busca perseguir la corrupción y terminar con los corruptos que se valen de sus cargos públicos para saquear al país.

Que se preparen los ladrones de cuello blanco, porque sus días están contados, necesitamos terminar con la corrupción, meter presos a todos los corruptos, ministros, alcaldes, funcionarios de segundo grado, a todos los que se les compruebe que han robado, porque solo así El Salvador crecerá y viviremos mejor.